La Mano de Fátima, o Hamsa (escrito también Jamsa) es un símbolo que representa una mano derecha, utilizado como amuleto para proteger del mal de ojo, la mala suerte o las desgracias por venir.
Hamsa quiere decir “cinco”, y es un vocablo de origen árabe que alude a los cinco dedos de la mano. La Mano de Hamsa se ubica en diversas doctrinas orientales (como el islamismo, el judaísmo y el budismo), y en cada una adquiere significados característicos.
Mano de Miriam se llama en el ámbito judío, Mano de Fátima entre los musulmanes y entre los budistas se conoce como Abhaya Mundra. Si quieres conocer la Mano de Fátima qué es, sigue leyendo porque te lo explicamos todo.

Mano de Fátima qué es:
Origen antiguo de la Mano de Fátima amuleto
Este símbolo tiene orígenes muy antiguos. Algunos historiadores lo documentan en el Antiguo Egipto y otros en Cartago (actual Túnez), asociándolo a la antigua diosa Tanit, de la mitología cartaginesa y que equivaldría a Astarté, la diosa fenicia.
Tanit era la diosa de la sexualidad, la fertilidad y la guerra, esposa de Baal y patrona de Cartago, que tuvo un culto muy importante además de en Cartago y Egipto, en la antigua Hispania, especialmente en Ibiza, donde se han encontrado numerosas evidencias arqueológicas con efigies de esta diosa.
Los cartagineses, como mencionamos, la utilizaron como amuleto de protección ya desde el año 820 a.C., y de allí pasó al norte de África y a Egipto.
Posteriormente, el dibujo de la Mano de Fátima puede verse en mosaicos realizados en la sinagoga de Bet Alfa, en la región de Galilea, Israel, datados entre 518 y 527 a.C., y ya después en la iconografía hebrea a partir de 244 a.C. (que puede admirarse en algunos frescos de la sinagoga de Dura Europos, en la actual Siria).
Los judíos y los musulmanes adoptaron la Mano de Hamsa como un símbolo independiente, probablemente de naturaleza aniconista, es decir, por el rechazo a representar imágenes de seres divinos, profetas y personajes religiosos.
En otras palabras, aprovecharon el símbolo de esta mano y la usaron en sus respectivas prácticas religiosas, que no permitían la representación gráfica de seres humanos, tal y como se establece en la religión musulmana y judía, y en algunas ramas de las iglesias evangélicas. El referente principal es la mano de Dios.
De este modo, tanto judíos como musulmanes, reacios a la representación física, tomaron el símbolo y lo convirtieron en un talismán, aunque hoy en día es expresión de su fe en Dios (Yahvé o Alá) y sus deseos de recibir protección y bendiciones.
Mano de Fátima para qué sirve:
Si bien entre estos grupos religiosos (musulmanes y judíos) no posee poderes sobrenaturales o neopaganos, para muchos otros la Mano de Fátima amuleto es un poderoso talismán capaz de anular las maldiciones, el mal de ojo y todos los males que acechan.
Se suele dibujar con los dedos juntos o separados. La tradición popular dice que cuando están juntos, la Mano de Fátima para qué sirve es para atraer la buena suerte, y cuando están separados, para alejar los malos deseos y las vibraciones negativas.
Los símbolos que acompañan a la Mano de Fátima refuerzan las intenciones protectoras del amuleto: el ojo de Dios o la estrella de David.
Diseño de la Mano de Fátima:
La Mano de Fátima representa una mano derecha con cinco dedos y muy simétrica: al medio el dedo corazón, que sobresale; a los lados, el índice y el anular más pequeños y del mismo tamaño, y luego el pulgar y el meñique, a la misma altura pero mucho más pequeños y ligeramente curvados hacia afuera.
En el centro, a veces, hay un ojo de Dios, o inscripciones religiosas, o una estrella de David.
Además del diseño dibujado, la Mano de Hamsa la diseñan como colgante para colocarlo en diversos lugares: como pendientes (en zarcillos o collares), y como amuleto para proteger las casas; por ello es usual verla como adorno doméstico, o como aldabón.
Suelen llevar esta Mano de Fátima en el coche, colgado del espejo retrovisor interno, o a la entrada de los distintos aposentos de un hogar. Incluso hay personas que se tatúan la Mano de Hamsa en algún lugar del cuerpo.

La Mano de Fátima qué es para los musulmanes
El islamismo suele relacionar los cinco dedos de la Mano de Fátima con los cinco pilares del islam, según la tradición suní. Estos cinco pilares son la profesión de fe, la oración, el azaque o diezmo a los pobres, el ayuno y la peregrinación a La Meca.
La Mano de Fátima también es asociada a los cinco personajes sagrados del islam: Mahoma, Alí, Fátima, Hassán y Hussein.
Sin embargo, es preciso aclarar que el Corán prohíbe expresamente los amuletos y las supersticiones, por lo que la Mano de Hamsa es usada sobre todo por musulmanes no muy rigurosos en su fe.
Entre ellos, la Mano de Fátima es utilizada como amuleto que protege específicamente del mal de ojo, deteniéndolo con la palma abierta, y atrae la buena suerte.
Se llama “de Fátima” por la hija predilecta de Mahoma, Fátima az-Zahra (606-632). La leyenda narra que una noche, Alí, su marido, llegó acompañado de una concubina mientras ella estaba preparando la cena.
Fátima sintió mucha tristeza y celos, y absorta en sus emociones no advirtió que metía la mano en la olla y revolvía con ella lo que se cocinaba; su marido fue quien se dio cuenta y le curó la mano.
Hay otra leyenda que recogen distintos autores, como Probst-Biraben o A. Maitrot, que no cuenta con datos históricos.
Esta leyenda relata que en la batalla de El Bedr Hanin, ocurrida en 624 de la Hégira –y que estableció el poder de Mahoma– los partidarios de aquella nueva religión no tenían estandarte, y que fue Fátima la que la procuró al mojar su mano en la sangre de un herido e imprimirla sobre su velo.
En todo caso, y pese a que no hay registros históricos que lo corroboren, la Mano de Fátima fue asociada a ella por poseer un carácter protector y maternal. Pero también era un símbolo para los musulmanes de la abnegación y la paciencia, no solo en las mujeres, sino en toda persona temerosa de Alá.
La Mano de Fátima para los judíos:
Para los judíos la Mano de Hamsa la relacionan con los cinco libros de la Torá, el Pentateuco, atribuidos por la tradición hebrea al patriarca Moisés.
Sin embargo, es un símbolo considerado preislámico y entre los judíos su uso es más bien ornamental.
Por qué usamos amuletos:
La costumbre de utilizar talismanes y amuletos proviene de los tiempos en que los entornos hostiles e incomprensibles nos hacían temer de todo y de todos.
El ser humano era un ser sumamente frágil, que podía convertirse en víctima y estar a merced de malas influencias, malas energías y malos espíritus. Por ello, desde las distintas culturas, la humanidad elaboró diferentes formas de alejar estas fuerzas malignas y protegerse a sí misma, a sus hogares y a sus familias.
El uso de amuletos está tan arraigado en nuestro subconsciente que poco ha hecho el pensamiento científico por erradicarlos.
La Mano de Fátima para qué sirve en la tradición popular:
Como todos los amuletos, su origen –como ya vimos– se hunde en la Antigüedad. Creer en el mal de ojo no es moderno, es una antigua creencia que ha llegado hasta nosotros en la que se le atribuye a la mirada o a los ojos un poder extraordinario.
Este poder puede dañar a las personas, matar plantas y animales y hacer que una cosecha, por ejemplo, no prospere. Platón, en el Timeo, lo describía como una proyección de rayos o fuego a través de los ojos emitida por almas contaminadas.
Entre los árabes, el mal de ojo también se asocia a la envidia; lo llaman fascinación. Hay animales de mirada poderosa, como los lobos, cuyos ojos (o su representación) a menudo eran utilizados como amuletos, igual que algunas piedras a las que se les atribuían poderes protectores, como el azabache.
Aclaremos que entre la ortodoxia musulmana, especialmente la suní, cualquier amuleto está prohibido por considerarse contrario a las enseñanzas del Corán, pues solo Alá es el protector.
La convivencia que los pueblos islámicos, judíos y cristianos mantuvieron durante siglos posibilitó que muchas creencias populares se asimilaran por unas y otras tradiciones culturales y religiosas.
Es así que no solo entre los musulmanes, ahora también extendido a costumbres que podrían considerarse paganas, el uso de la Mano de Fátima puede advertirse sobre las puertas y en paredes de las viviendas, en joyería o en frescos.
Su amplia zona de influencia abarca Palestina, el norte de África, el Medio Oriente y la península ibérica, pero también el sur de Italia, especialmente Nápoles, que tuvo una fuerte presencia árabe en el pasado.
Hoy es posible encontrar la Hamsa en innumerables colgantes, dibujos y demás objetos ornamentales de personas de todas partes del mundo y de creencias disímiles, incluso en aquellas no creyentes en religiones formales.
Es probable que en la actualidad muchas personas usen este símbolo y no sepan qué significa. Siempre es bueno saber de dónde provienen los símbolos que usamos en nuestra vida diaria, y nos demos cuenta de su interesante historia.
La cultura occidental ha adoptado la Mano de Fátima como uno más de sus amuletos, hermanando creencias y miedos ancestrales. En todo caso, su poder descansa en la fe de quien la porta, y protege del mal de ojo a quien así lo cree.
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