Autocuración a través del trabajo con los chakras:
Las siguientes técnicas hay que hacerlas una noche de luna llena.
La apertura de los chakras determina decisivamente cómo podemos percibir y transformar el mundo y las energías.
El grado de apertura de los chakras al comienzo de nuestra vida depende de las experiencias de vidas pasadas y de la fuerza del alma.
Pero también las experiencias realizadas en esta vida influyen en la apertura de los chakras.
Cada chakra está relacionado con tareas específicas del alma.
Por lo tanto, es muy útil conocer y comprender los posibles bloqueos y potenciales de tus chakras para avanzar en tu crecimiento personal y autocuración.
Al intentar ser cada vez más consciente de uno mismo, tiene la oportunidad de limpiar sus chakras y abrirse a todos los talentos naturales inherentes a cada centro energético.
Este tipo de renacimiento a nivel espiritual requiere amor propio y paciencia.

Concentración en el punto del ombligo:
El punto del ombligo se encuentra a unos tres dedos transversales por debajo del ombligo.
A menudo no somos conscientes de ello, pero el ombligo se desarrolla antes que la cabeza y el corazón, lo que lo convierte en una de las partes más importantes de nuestro cuerpo.
El ombligo es también la base central de los nadis, los canales de energía del cuerpo.
Si la energía no fluye libremente en este punto, se producen bloqueos en otras partes del cuerpo y órganos.
Cuando fluimos hacia fuera desde este punto como una estrella, estamos viviendo en nuestro centro. Dirige tu atención conscientemente a este punto y escucha tu intuición.
La cabeza necesita tiempo para responder a las cosas de la vida, pero el ombligo responde inmediatamente.
En lugar de pensar demasiado y «darle demasiadas vueltas» a todo, céntrate en este lugar interior de poder en lugar de en la parte más sabia de tu cerebro, el lóbulo frontal.
Para fortalecer el punto del ombligo (Hara), puedes cantar el mantra que mejor te sepas. Este ejercicio es el siguiente:
Te sientas en posición de talón. Estira los brazos hacia arriba, con los codos completamente extendidos y apoyados en el lateral de la cabeza. Entrelaza todos los dedos excepto los índices. Los dedos índices apuntan hacia arriba.
Manténgase firme en la posición del talón durante todo el ejercicio. La espalda está en una posición neutra (sin espalda hueca, sin espalda encorvada).
Empieza a cantar el mantra a un ritmo constante de unas 8 veces cada 10 segundos: Tira del ombligo hacia dentro y canta mantra desde el punto del ombligo, relaja el ombligo de nuevo mientras cantas el mantra.
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